¿Qué pasa si fallezco fuera de mi país de origen?

La muerte es un tema que nos asalta a todos por igual, quizá en nuestra rutina diaria no estemos familiarizados con hacernos preguntas alrededor de ella, sin embargo, cuando vivimos en el extranjero, ya pasa a ser una cuestión de responsabilidad.

Son múltiples las razones por las que podríamos morir fuera de nuestro país de origen, ante esta situación, ¿cómo van a lograr los familiares del fallecido devolver los restos a su país de residencia?

Lo que necesitas saber 

Conservar la calma será clave para la familia, así como dirigirse correctamente a los diferentes pasos a seguir. Comunicarse con la embajada será lo primero, así como identificar las causas de la muerte y proceder con el proceso de repatriación. Una vez esto esté claro, es importante:

·         Informar del fallecimiento a las entidades estatales correspondientes.

·         El Consulado y la Cancillería son los dos entes designados para acompañar el proceso. A través de las entidades gubernamentales es una manera correcta y rápida, a su vez, estas apoyarán el proceso con entidades privadas como funerarias y demás.

·         Cuando se establezca la causa de la muerte, se podrá decidir si el cuerpo es cremado o repatriado. Medicina legal es clave en este punto.

·         Para proceder con el traslado del cuerpo, el consulado podrá indicar papeles como: lugar del cuerpo del fallecido, solicitud de traslado del cuerpo donde se encuentre, causa de la muerte y destino de los restos.

·         La totalidad de los gastos funerarios debe ser asumida por la familia. En el proceso de repatriación, lo ideal es contar con un seguro funerario que se encargue del proceso, pues son quienes tienen el conocimiento y ayudará de forma económica.

Es importante que la familia conozca que, los costos de repatriación, no son incluidos dentro de la cartera de la Cancillería. Sin embargo, ellos se encargarán de consultar si la familia procede de escasos recursos económicos para obtener apoyo de diferentes entidades privadas y estatales que bien puedan asumirlos.

Morir fuera del país de origen trae una consecuencia de responsabilidades y obligaciones que puedan permitir despedir el cuerpo de forma digna. Es preciso pensar cómo atravesar este proceso de manera íntegra, legal y conservando el respeto y tranquilidad de los seres queridos.